viernes, 26 de septiembre de 2008

Intervencionismo, una necesidad, una promesa.


Hasta los más ortodoxos de la defensa del libre mercado han tenido que sucumbir ante la evidencia. Es necesario que los poderes públicos intervengan en la economía. El presidente George W. Bush, defensor de esta visón del mundo y de las relaciones humanas donde el mercado es el dios y el dinero su representación, ha tenido que aceptar las consignas que le han dado la reserva federal y el departamento del tesoro de los Estrados Unidos de Norteamérica. Incluso como figura en alguna que otra crónica “ha defendido la contundencia de la intervención que va a realizar su gobierno para mitigar la crisis, que podría suponer 700.000 millones de dólares (algo menos de 500.000 millones de euros), y ha dicho que es un precio grande para un problema grande”

En nuestro país el, Sr. Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno, comparecía en el Congreso anunciando que se destinarán 3.000 millones para ayudar al sector inmobiliario frente a la crisis. Al mismo tiempo, el número dos de su partido, Sr. Blanco, declaraba en el Congreso del Partido socialista de Castilla y León que aceptaba la mano tendida de Rajoy, siempre que no supusiera un recorte en el gasto social, denunciado que “la receta de la derecha frente a la crisis es explotar más a la gente para favorecer más a los de siempre” todo ello como una forma de diferenciarse los unos de los otros cuando sabemos que difícilmente en economía hay grandes diferencias entre estas opciones políticas.

Salvando las distancias este hecho pone de manifiesto la necesidad de que haya (por parte de los poderes públicos) intervenciones contundentes ante situaciones excepcionales. Volviendo a nuestra realidad local, podríamos realizar una serie de observaciones relacionadas con lo hasta aquí expuesto en relación a la necesidad de una verdadera intervención en nuestro municipio.

La primera observación es constatar que Barbate sigue en crisis. Muy al contrario de lo que se podía esperar la situación del pueblo y del municipio en general ha empeorado, posiblemente por el contexto supramunicipal. Nuestro pueblo no termina de salir en ese pozo sin fondo, donde hace años la mala gestión y planificación de unos y la falta de reivindicación colectiva del resto, nos ha ido lanzando en caída libre. El desmantelamiento de la pesca (sector productivo por excelencia hasta unos porcentajes mínimos de lo que anteriormente era) es la muestra de un pueblo que debió cambiar su orientación económica y no supo o pudo hacerlo a tiempo.

Hemos comprobado como cualquier crisis en una empresa de nuestra provincia era respondida al unísono por varias administraciones para amortiguar el efecto de su desmantelamiento. Así pues, los planes especiales, las inversiones públicas reforzadas, etc han sido y son medidas puestas en práctica más de una vez desde los Astilleros hasta Delphi. Las intervenciones públicas, de esta forma, intentaban corregir los efectos perniciosos que sobre esa zona podía producir el desmantelamiento económico. En estos casos sindicatos, grupos políticos, administraciones y sociedad en general se tiraban a la calle para exigir este trato preferencial. Y, lo conseguían, al menos en parte.

La segunda observación siguiendo con el mismo hilo argumental, es que en Barbate no sólo se han demandado estas actuaciones sino que además han sido prometidas por otras administraciones. Recordemos que en plena crisis (reciente pues antes hubo otras) por la falta de firma de acuerdo pesquero con Marruecos, el gobierno central en aquel entonces bajo la responsabilidad del Partido Popular sacó de la manga un plan de diversificación económica por el importe de varios miles de millones de pesetas (de aquel entonces). Plan que buscaba el desarrollo de distintas actividades económicas pero que en verdad sólo sirvió para impulsar el desarrollo de un polígono industrial que durante años estuvo proyectado y que no se desarrolló por la falta de intervención de los poderes locales. Polígono que hoy en día sigue con miles de metros cuadrados empantanados, en manos de unos pocos que han ido aprovechando diversas coyunturas ( como las subvenciones dadas a empresarios de la mar) para acaparar el control del suelo, mientras pequeños empresarios, nuevos emprendedores locales no han podido acceder a una mejora de las condiciones de sus negocios.

La tercera observación es, por lo tanto, una obviedad a lo ya expuesto, pero nos gustaría formularla con visión de futuro. ¿Qué puede hacer Barbate para salir de su particular crisis? Consideramos que lo primero que Barbate debe saber, es hacia dónde quiere ir realmente. Es necesario, pues, que se abran sosegadamente, pero de forma inmediata, los ámbitos de participación ciudadana para entre todos y todas buscar el modelo de desarrollo más compatible para mejorar la situación económica, social, cultural, etc del municipio. Es necesario activar la vida asociativa, participativa de los distintos sectores colectivos, pero no para crear un asociacionismo a la carta, no exigente con el pueblo sino súbdito del mismo.

Necesario es igualmente buscar a personas de reconocido prestigio que puedan ilustrar las distintas líneas para el desarrollo del mismo, por ejemplo profesores de universidad que hayan realizado planes de desarrollo para otras zonas o municipios, representantes sindicales, empresariales…etc. No podemos seguir dando bandazos en proyectos especulativos expuestos a os vaivenes del mercado o de la viabilidad legal de los mismos, dejando pasar los años sin explotar el potencial humano, natural y cultura de nuestro pueblo.

Junto a este movimiento asociativo e iniciativas que diseñen el futuro, debe de haber inexorablemente unos representantes municipales, que además de concebir el poder como un status entiendan que tienen una obligación moral y ética en la defensa de los intereses de sus convecinos.

Como cuarta observación, decir que una vez que se tenga claro qué se quiere de este pueblo habrá llegado el momento, de reclamar, todo el mundo junto, las promesas electorales que ante más de 2000 personas, realizaron personajes tan significativos como el presidente de la Junta, el Sr. Manuel Chaves, quien pidió el voto para el actual alcalde, defendiendo que apostar por él era hacerlo por el «progreso de Barbate» y convertirlo en un «municipio de primera».

Como ultima observación lamentamos que el PSOE de Barbate no haya tenido en cuenta las palabras de su vicesecretario general y hayan optado ante las crisis general y la particular del municipio por el recorte en el gasto social sobre todo en aquellos aspectos que mas lo requieren como es la atención a la infancia quitando los monitores para los niños de tres años en los colegios y recortando programas sociales argumentando el mal funcionamiento de los mismos. Todo ello para dejar más desprotegidas si cabe, zonas de nuestro municipio que requieren de una intervención seria y eficiente y no de la supresión de actuaciones.


El Observador

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