jueves, 30 de octubre de 2008

Consenso: Objetivo y Método


Esta semana, el observador quiere centrarse en el uso que se suele hacer de determinados conceptos para que, quienes gobiernan, argumenten que la legitimidad de los votos conlleva la aceptación de sus criterios por parte de todo el mundo, sin posibilidad a la discrepancia ni a diferentes enfoques.

Escuchaba, con motivo del debate de los presupuestos generales del 2008, cómo diferentes tertulianos enfrentaban sus puntos de vista sobre si el consenso se debería de alcanzar con la aceptación por parte de quienes gobiernan de algunos puntos de vista o propuestas de quienes están en la oposición. Para unos, quien gobierna ha sido elegido para marcar su proyecto político, y por lo tanto no debe de atender a criterios de otros. Para otros, quienes gobiernan, deben contar con la opinión de quienes, desde la oposición, tienen otro enfoque. Sea como fuere, ambas posturas no se deben de entender como contradictorias, sino más bien como complementarias. Es evidente, que quienes han sido elegidos para gobernar, deben de asumir esta responsabilidad de forma cotidiana. Pero no resulta menos evidente que hay muchas actuaciones políticas de quienes nos gobiernan que nunca fueron explicitadas en los programas electorales, que nunca figuraron en la propaganda electoral, que nunca fueron enumeradas y mencionadas durante los mítines de campaña electoral,…son situaciones que aparecen después de que los gobernantes hayan sido elegidos, y, por lo tanto, si se consultara a la ciudadanía qué piensan sobre ese asunto, puede que quienes ahora tienen la mayoría pudieran quedar en minoría.

En democracia, el consenso puede ser entendido como un objetivo, pero también como un método de trabajo para mejorar las condiciones vitales del conjunto de la sociedad. Como objetivo, no está de más aspirar a que los grandes temas que inciden de manera directa en nuestras vidas cotidianas sean consensuados, por ejemplo qué medidas tomar ante la crisis económica. Como método, se nos antoja que es una necesidad que los grandes asuntos, antes de ser aprobados, hayan contado con el mayor conocimiento por parte de la ciudadanía, el mayor intercambio de ideas posibles, el debate de las mismas, y el mayor consenso posible en torno a dichos asuntos.

En relación a nuestro pueblo, Barbate, no cabe duda que la mayoría electoral que apoya al gobierno local, parece haber sido entendida por los mismos como un aval que les permite llevar a cabo cuantas acciones consideren oportunas sin necesidad del consenso. Desde los primeros días, pudimos escuchar cómo desde la alcaldía se alardeaba de los votos recibidos en las elecciones y de lo que para ellos significaba.

Posteriormente y sin oposición política (por diversos motivos) la uniformidad del pensamiento y de las ideas es aterradora. Pocas son las voces que, de forma organizada, se atreven a cuestionar algunas decisiones más que discutibles de nuestro gobierno actual. Y aún menos, se da esta crítica cuando quienes las realizan deben de hacerlo de forma particular (el miedo a señalar ha vuelto a surgir). Esta dinámica, y forma de entender el gobierno, puede llevar a nuestro pueblo nuevamente a maneras de actuar alejadas de un planteamiento democrático que entienda que la participación ciudadana es un elemento enriquecedor de la vida en convivencia. Sin embargo, este monolitismo gubernamental, parece no tener todas con sí y, posiblemente, su actitud sea la que esté provocando reacciones de descontento en algunos colectivos que defienden cuestiones e intereses básicos para ellos. A este respecto, nos gustaría realizar una serie de observaciones.

La primera observación está relacionada con el malestar mostrado por los representantes del profesorado en el Consejo Escolar Municipal, ante la actitud cerrada e irresponsable de quienes gobiernan con respecto a los monitores escolares, que durante años han estado colaborando con los centros educativos del municipio para la atención de los alumnos que ingresaban en Educación Infantil. Desde el gobierno local, se ha dicho, por activa y pasiva, que ese asunto no es competencia municipal, algo que, como casi siempre, encierra una verdad a medias. Ya que si bien el marco legal atribuye las competencias educativas a la administración autonómica, no es menos cierto que, desde el Ayuntamiento, se debería haber tenido preparada una opción antes del inicio del curso, tal y como solicitaron los representantes del profesorado por CCOO y CGT, opciones que hubieran mostrado un mínimo de preocupación por dicho tema (véase Trafalgar Información 19 Septiembre 2008). Frente al consenso, se buscó la imposición de una idea mediante un plumazo.

Una segunda observación, es la referida a la incapacidad del gobierno local de consensuar una política de personal, lo que ha llevado a las centrales sindicales con representación en el Ayuntamiento de Barbate a informar a los trabajadores y trabajadoras del mismo sobre las dificultades que se están teniendo para negociar el convenio colectivo. Según parece ser, tras esa asamblea informativa, la primera autoridad se ha mostrado más receptiva a las propuestas sindicales, aunque se verá con el tiempo si este cambio es real.

La tercera y última observación, es que se ha aprobado un PGOU que no ha sido ni explicado públicamente, ni participado a los colectivos sociales (posiblemente algunos grandes empresarios sí hayan estado enterados, pero no el conjunto del pueblo) ni consensuado, y lo que es peor, ha seguido siendo rechazado por los mismos que ya rechazaban el documento con el PP. La manifestación de los vecinos de Zahora mostrando durante el pleno su malestar, es una muestra palpable de lo que decimos. ¿Cómo es posible que el equipo de gobierno haya presentado un documento sin tener en cuenta las reivindicaciones de quienes vienen manifestando su preocupación desde hace años? ¿Cómo es posible que desde el partido que gobierna que antes de las elecciones apoyó incondicionalmente a los vecinos de Zahora, dándoles la razón en sus peticiones ahora se diga que quienes tienen que gobernar el pueblo son los que se presentan a las elecciones y ganan?

Con este panorama, a este observador le preocupa el giro que está tomando la política local y, por ello, permítaseme recordar un pequeño párrafo del libro “La República” de Platón: “si los filósofos no gobiernan la ciudad o si aquellos a quienes ahora llamamos reyes o gobernantes no cultivan de verdad y seriamente la filosofía, si el poder político y la filosofía no coinciden las mismas personas y si la multitud de quienes ahora se aplican exclusivamente a una u a otra no se ve con el máximo rigor privada de hacerlo, es imposible que cesen los males de la ciudad, e incluso del género humano”.


El Observador
http://elobservadorbarbate.blogspot.com/

miércoles, 22 de octubre de 2008

Al perro flaco…


La situación económica no termina de aclararse, a pesar del “Plan de Acción Concertada de los Países de la Zona Euro” y las medidas tomadas en los distintos países para parar la crisis financiera, los resultados han sido inciertos. Así, podíamos leer “las bolsas europeas entran en caída libre sin encontrar freno en las medidas contra la crisis” o “las plazas europeas se hunden pese a la bajada de tipos en Estados Unidos y Europa” (Madrid, 8 de Octubre Europa Press).

Como es normal, estas medidas que vienen a suponer una red de seguridad sobretodo para las identidades bancarias, ha recibido el apoyo de los poderosos. En la página web del diario Finanzas.com, con fecha del 13 Octubre 2008, encontrábamos el siguiente titular: “Patronal apoya las medidas económicas aprobadas por el Consejo de Ministros”. Ello, ha dado lugar a que muchas personas piensen que lo hecho hasta ahora sólo va a permitir que los de siempre realicen sus mejores negocios. En la página elpais.com, no se dudaba el presentar la siguiente noticia: “Capitalismo de emergencia: "Plan Europeo": Como hacer negocios privados con el Estado en tiempos de crisis”. Sea como fuere, parece ser que el modelo económico actual no deja lugar a otras posibilidades. Así, no es de extrañar que haya sido relativamente fácil el acuerdo alcanzado entre los gobernantes europeos que, en teoría, mantienen principios ideológicos diferenciados cuando no, en el mayor de los casos, opuestos. Acordado pues a nivel europeo las medidas a tomar por gobiernos “progresistas” y “conservadores” no cabe la posibilidad de la confrontación de modelos distintos en los que basar las relaciones humanas dentro de la sociedad y, especialmente, en relación a la economía como una actividad que afecta a la ciudadanía.

Sin embargo, a pesar de estas medidas, el horizonte de nubarrones no termina de desaparecer. Algunas entidades bancarias, no han dudado en afirmar, como lo ha hecho Citibank “que las medidas de la UE no capearan la recesión, aunque eviten el colapso financiero”. (Madrid, 14 de Octubre) y no es para menos, ya que la bolsa emblema del modelo capitalista no para de fluctuar, y si bien, en un principio hubo una reacción positiva, las peores noticias no tardaron en llegar. Hemos podido leer “Las bolsas sufren fuertes caídas ante el temor a una recesión global” (La Estrella Digital -15 Octubre 2008) o “Crece la amenaza de una recesión mundial y se derrumban las bolsas”(AFP – 15 Octubre 2008).

Pero la cosa no acaba aquí y el todopoderoso FMI ha advertido que muchas economías avanzadas se dirigen a la recesión (Expansión.com 08 Octubre 2008) y ha salpicado directamente a nuestro país cuando se ha dado a conocer la noticia de que “El FMI ve a España en recesión en el 2009” (La Vanguardia – 09 Octubre 2008). Una recesión con una caída del 2%, lo que supondrá que el aumento ya iniciado en las tasas de paro sea aún mayor. Y no es de extrañar, pues, apenas que nos paremos un poco en leer algunos titulares de economía, podemos comprobar cómo día a día se destruyen puestos de trabajo. El sector del automóvil ha sido uno de los primeros en sufrir estas consecuencias, hasta el punto de que el ministro Sebastián intenta parar los despidos que planea Renault en Castilla y León (elEconomista.es - 15 Octubre 2008). El aumento de despidos queda reflejado en el siguiente titular: “Los despidos mediante expedientes se incrementan el 10% en Catalunya” (El Periódico de Catalunya - 6 Octubre 2008). Algunas marcas como la Nissan, ha tomado la decisión de poner en la calle a buena parte de su plantilla de trabajadores. El periódico “La Vanguardia”, nos informaba el pasado 10 de Octubre de que “Nissan prepara 1.500 despidos en Barcelona”. Este mismo diario, informaba igualmente sobre la intención de la empresa Seda para presentar “un ERE temporal en la planta de Cádiz”. Está claro que hoy por hoy ni los más grandes analistas económicos serían capaces de pronosticar con total exactitud qué sucederá en pocos días. Es algo así como la predicción meteorológica, que puede aproximarse al tiempo que hará en una determinada zona, pero le resulta casi imposible pronosticar cuándo las nubes descargarán una tromba de agua que inundará las casas, arrasarán las cosechas o destrozarán las carreteras.

Con este escenario general, no sólo a nivel de Estado español o Comunidad Europea, sino mundial, ¿qué suerte correrá la economía de nuestro pueblo?. Nos gustaría hacer una serie de observaciones.

La primera observación va en la dirección de que tengamos en cuenta que hoy por hoy la mayor parte de la economía local sigue descansando en la pesca extractiva. Por lo tanto, parece obvio entender que, esta actividad puede quedar marcada por el aumento del precio de los combustibles y por el abaratamiento de los productos del mar. Sin embargo, como, ya se ha diezmado durante los últimos lustros, nuestra flota pesquera, no creemos que ésta vaya a seguir reduciéndose, pues supondría su total desaparición.

La segunda observación hace referencia al incipiente turismo en determinadas zonas del municipio como Caños de Meca, Zahora, y Zahara de los Atunes. Ni que decir tiene que en estos lugares se generan una gran cantidad de puestos de trabajo de manera estacional. Estos trabajos pueden verse afectados al disminuir las personas que nos visiten. Como muestra sirva el dato de que ya este verano se ha dejado notar la incipiente crisis (a pesar de lo que han dicho algunos políticos municipales).

Otra observación, que podemos realizar, en torno a este escenario internacional que sin duda incidirá en nuestras vidas cotidianas de una manera que aún no nos podemos imaginar, consiste en el aumento de la tasa de paro que vendrá dada por la falta de trabajo para muchos barbateños en la construcción, que realizaban fuera de nuestro pueblo. Ha sido normal ver cómo cuadrillas completas se desplazaban diariamente o semanalmente a lugares donde el “boom inmobiliario” pedía, cada vez, más y más mano de obra. Sin embargo, muchos son los que ya no encuentran trabajo y deben de acogerse a las ayudas por desempleo.

Un panorama, por lo tanto, confuso, complejo y desconcertante para quienes, en precario, han decidido embarcarse y embargarse en créditos para adquirir coches o para hipotecar su vivienda. ¿Qué va a pasar con tantas familias que han establecido unos gastos en función de unos ingresos que ahora no disponen? ¿Les dará el gobierno el dinero que necesitan para pagar sus hipotecas y coches como han garantizado a los bancos? ¿Qué hará nuestro gobierno local para en una época de recesión poder ayudar a aquellos que más lo necesiten? ¿Tienen pensado qué medidas extraordinarias establecer para amortiguar el duro batacazo que muchas familias pueden tener? ¿Se plantea exigir al gobierno central y autonómico un trato preferencial para este pueblo que estaba en crisis antes de la crisis? O como dice el refrán: “Al perro flaco, todo se le vuelven pulgas”.

viernes, 10 de octubre de 2008

Barbate ciudad educadora.


Esta semana abordamos desde estas líneas la experiencia de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras. La intención es ofrecer a la opinión pública en general otros modelos otras referencias distintas a la hora de organizar y planificar el desarrollo y la convivencia en una ciudad.
Desde que en noviembre de 1990 se celebrara en Barcelona el primer congreso internacional de ciudades Educadoras, la Carta inicial recogía los principios básicos para el impulso educativo de la ciudad (este documento puede ser consultado íntegramente en la siguiente dirección de Internet http://www.bcn.es/edcities/aice/estatiques/espanyol/sec_charter.html.
Parte esta declaración por reconocer, en su preámbulo, que “la ciudad, grande o pequeña, dispone de incontables posibilidades educadoras, pero también pueden incidir en ella fuerzas e inercias deseducadoras”. Destacaba como “la ciudad educadora ha de ejercitar y desarrollar esta función paralelamente a las tradicionales (económica, social, política y de prestación de servicios), con la mirada puesta en la formación, promoción y desarrollo de todos sus habitantes”. Deberá atender prioritariamente a los niños y jóvenes, “pero con voluntad decidida de incorporación de personas de todas las edades a la formación a lo largo de la vida”. Defiende este documento fundacional que “las ciudades de todos los países deben actuar, desde su dimensión local, como plataformas de experimentación y consolidación de una ciudadanía democrática plena, promotoras de una convivencia pacífica mediante la formación en valores éticos y cívicos, el respeto a la pluralidad de las diversas formas posibles de gobierno y el estímulo de unos mecanismos representativos y participativos de calidad”.
Apuesta por la promoción del “equilibrio y la armonía entre identidad y diversidad, teniendo en cuenta las aportaciones de las comunidades que la integran y el derecho de todos los que en ella conviven a sentirse reconocidos desde su propia identidad cultural”. Afirma que “la ciudad educadora no busca soluciones unilaterales, simples” sino que “acepta la contradicción y propone procesos de conocimiento, diálogo y participación como el camino idóneo para convivir en y con la incertidumbre”es decir la participación social como herramienta educativa.
Posteriormente en ese documento se desarrollan una serie de principios en los que se debe fundamentar la CIUDAD EDUCADORA. Comienza por el derecho de todos los habitantes a disfrutar, en condiciones de libertad e igualdad, de los medios y oportunidades de formación, entretenimiento y desarrollo personal que la ciudad ofrece. Para ello, es necesario que “en la planificación y gobierno de la ciudad se tomaran las medidas necesarias encaminadas a suprimir los obstáculos de cualquier tipo, incluidas las barreras físicas, que impidan el ejercicio del derecho a la igualdad”.
Defiende “la educación en la diversidad, para la comprensión, la cooperación solidaria internacional y la paz en el mundo. Una educación que combata cualquier forma de discriminación; que favorecerá la libertad de expresión, la diversidad cultural y el diálogo en condiciones de igualdad; que fomente el diálogo entre generaciones”. Para ello plantea que “las políticas municipales de carácter educativo se entenderán siempre referidas a un contexto más amplio inspirado en los principios de la justicia social, el civismo democrático, la calidad de vida y la promoción de sus habitantes”.
Contempla como las autoridades locales deberán ejercer “con eficacia las competencias que les correspondan en materia de educación”. Para poder llevar a cabo esta actuación adecuada “las personas responsables de la política municipal de una ciudad deberán tener información precisa sobre la situación y necesidades de sus habitantes. En este sentido realizarán estudios, que mantendrán actualizados y harán públicos, y establecerán canales permanentes abiertos a individuos y colectivos que permitan formular propuestas concretas y de política general”.
Defiende como “la valoración de sus costumbres y de sus orígenes ha de ser compatible con las formas de vida internacionales. De este modo podrá ofrecer una imagen atractiva sin desvirtuar su entorno natural y social”. Por ello, el desarrollo y crecimiento de las ciudades “deberán estar presididos por la armonía entre las nuevas necesidades y la perpetuación de construcciones y símbolos que constituyan claros referentes de su pasado y de su existencia. La planificación urbana deberá tener en cuenta el gran impacto del entorno urbano en el desarrollo de todos los individuos, en la integración de sus aspiraciones personales y sociales y deberá actuar contra la segregación de generaciones y de personas de diferentes culturas, las cuales tienen mucho que aprender unas de otras”. En este sentido resalta como la ordenación del espacio físico urbano atenderá las necesidades de accesibilidad, encuentro, relación, juego y esparcimiento y un mayor acercamiento a la naturaleza. La ciudad educadora otorgará un cuidado especial a las necesidades de las personas con dependencia, en su planificación urbanística, de equipamientos y servicios, con el fin de garantizarles un entorno amable y respetuoso con las limitaciones que puedan presentar, sin que hayan de renunciar a la máxima autonomía posible. No menos importante es que el gobierno municipal dote “a la ciudad de los espacios, equipamientos y servicios públicos adecuados al desarrollo personal, social, moral y cultural de todos sus habitantes, con especial atención a la infancia y juventud”. Al tiempo que se garantice “la calidad de vida de todos sus habitantes. Ello supone el equilibrio con el entorno natural, el derecho a un medio ambiente saludable, además del derecho a la vivienda, al trabajo, al esparcimiento y al transporte público, entre otros. A su vez, promoverá activamente la educación para la salud y la participación de todos sus habitantes en buenas prácticas de desarrollo sostenible”.
Importantísimo para conseguir el objetivo de una ciudad educadora es fomentar la participación ciudadana “desde una perspectiva crítica y corresponsable. Para ello, el gobierno local facilitará la información necesaria” y “estimulará, al mismo tiempo, la participación ciudadana” al tiempo que el municipio deberá garantizar información suficiente y comprensible e incentivará a sus habitantes a informarse. En esta dinámica se debe fomentar la cohesión social entre los barrios y sus habitantes de toda condición, proponiendo “se estimule el asociacionismo como forma de participación y corresponsabilidad cívica, que contribuirá en la formación para la participación en los procesos de toma de decisiones, de planificación y de gestión que la vida asociativa conlleva” al tiempo que se deberá “ofrecer a todos sus habitantes la formación en valores y prácticas de ciudadanía democrática: el respeto, la tolerancia, la participación, la responsabilidad y el interés por lo público, por sus programas, sus bienes y sus servicios”.
Sirvan estas observaciones para quienes tienen en sus manos la responsabilidad de crear una nueva ciudad, sirvan estas líneas para que quienes tienen que tomar decisiones las tomen a favor de los tiempos y no en contra de ellos.
El Observador

viernes, 3 de octubre de 2008

No es sólo cuestión de imagen

El observador, esta semana, quiere detenerse en un aspecto de la vida local que desde hace años ocupa y preocupa a una buena parte de los vecinos y vecinas de nuestro pueblo. Nos referimos a la imagen que, por culpa de determinados sectores de población, se da de nuestro pueblo. Somos muchos los que hemos sufrido algún comentario jocoso cuando nos desplazamos fuera de Barbate y nos preguntan de dónde somos o nuestro lugar de residencia.

En el mejor de los casos, hay quien lanza o espeta un comentario como compadeciéndose de nuestra suerte, por ejemplo: “¿De Barbate? Uy, allí no está muy bien la cosa, ¿no?” Pero hay quien en otras ocasiones no duda en hacer un juicio de valor directo en el que incluyen, lamentablemente, a todo el conjunto de ciudadanos aunque, en verdad, su comentario se refiera a unos pocos. Así, lanza cual dardo envenenado afirmaciones como “¿Barbate? ¿La ciudad sin Ley?”

Es lamentable que el comportamiento de unos pocos y la dejación de responsabilidades de quienes tienen que velar por una convivencia armoniosa y ajustada a unos comportamientos cívicos correctos por parte de todos/as los vecinos/as, hayan venido a fraguar una imagen de nuestro pueblo que nada tiene que ver con lo que realmente es. Quienes hacen estos comentarios, han recibido la información o bien de un titular de prensa o bien de haber pasado alguna vez por nuestro pueblo y haber comprobado algunos comportamientos poco “normales” de quienes han hecho de las calles de Barbate un circuito urbano sin respetar las mínimas normas de tráfico, pero se olvidan que de una u otra forma estos individuos no representan al conjunto del pueblo, sino afortunadamente y por ahora a un porcentaje aún pequeño.

Se ignora y se desconoce que Barbate también son esas cientos y miles de personas que, amablemente, comparten con los visitantes sus agradables momentos en sus playas o terrazas del paseo marítimo. Que Barbate son esos hombres de la mar que arriesgan su vida y que, lamentablemente, sólo se acuerdan de ellos con grandes titulares cuando sucede una desgracia. Desconocen, igualmente, que Barbate ofrece en múltiples ámbitos de la cultura a gente de un gran valor, al tiempo que recibe las visitas de muchas personas del mundo de la cultura que quedan atrapados por los encantos de este pueblo.

¿Por qué seguir sufriendo la imagen que unos cuantos desaprensivos dan de nuestro pueblo? ¿Por qué no se llevan a cabo actuaciones reales que permitan dimensionar la imagen de nuestro pueblo en positivo en otros lugares? Nos gustaría hacer una serie de observaciones.

La primera observación, es que se ha intentado cambiar esa imagen, acudiendo a campañas de marketing, donde se partía de la premisa que cambiar la imagen era sacar un eslogan. Campañas que conllevaron un gasto público importante, en un ayuntamiento en déficit, pero que a simple vista parecen no haber conseguido sus objetivos. Campañas que sirvieron más a los intereses particulares de algunos grupos políticos que a los generales del pueblo.

La segunda observación, está relacionada directamente con la anterior. Nos referimos, pues, que para cambiar la imagen hay que cambiar el contenido. Por mucho que se empeñen en elaborar un producto de marketing no se conseguirá nada si determinados comportamientos que afean la vida en comunidad se produce con total impunidad. El principio, pues, de responsabilidad de las autoridades competentes para que el comportamiento de unos pocos no dañe la imagen del vecindario, exige que de una vez por todas se tomen las medidas adecuadas y pertinentes para eliminar dichas conductas. No se puede permitir que determinadas zonas del pueblo estén copadas por pequeños grupos de gente que molestan a todo el vecindario. La autoridad ejercida en el beneficio del conjunto, siempre será una autoridad aceptada.

La tercera observación la relacionamos con lo hasta aquí expuesto. Para aplicar el principio de autoridad, es necesario que la autoridad o que los responsables públicos sean los primeros en cumplir con todas y cada una de las normas establecidas. Nadie o ningún responsable político puede exigir a ninguna persona que se ajuste a las normas establecidas si él es el primero en no cumplirlas. Nadie es perfecto. Todo el mundo puede cometer un error. Todo el mundo puede cometer una falta, pero cuando las faltas son reiteradas el incumplimiento de la norma se transforma en un no cumplimiento intencionado. Así pues, debería de establecerse un código de comportamientos de todos aquellos que quieren ser representantes de sus vecinos para que fueran los primeros en dar ejemplo con su buena conducta. Sabido es la de veces que se ha visto a un responsable público hablando con el teléfono móvil mientras iba conduciendo su coche, o los comentarios que han volado por Internet y en la prensa sobre algún que otro concejal que se atrevió a preguntar en la comisaría de policía dónde se encontraba el control de alcoholemia una determinada noche.

Por último, nos gustaría realizar la cuarta y última observación a este respecto. ¿Qué podemos hacer cada persona que quiera realmente a Barbate para colaborar en cambiar la imagen negativa que en el exterior se puede tener? Es obvio que los ciudadanos de a pie no podemos hacer nada para corregir los desmanes de unos pocos. Es más afrontar el recriminar alguna conducta a un descerebrado o puede ocasionar más de un “calentaero” de cabeza, por eso quizás lo mejor sea dejar esta tarea para los profesionales de la seguridad y del orden público.

Sin embargo, no es menos obvio, que cada uno con nuestro comportamiento individual, podemos facilitar una buena imagen de nuestro pueblo. Si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de barbateños y barbateñas son “la mar de buena gente”, el resultado final no debe ser otro que la inolvidable y agradable huella que dejaremos en la memoria de nuestros visitantes. Por ello, no esta de más recordar, que los de a pie podemos conducir con cordura, mantener limpio nuestro pueblo, tirar las basuras a las horas establecidas, recoger la caca de nuestros perros, cuidar el mobiliario urbano, respetar los árboles y no usarlos como vallas publicitarias, sentirnos orgullosos de nuestras tradiciones y costumbres unidas al mar, dar a conocer nuestras exquisiteces culinarias, conservar y cuidar nuestro entorno natural como uno de nuestros mayores patrimonio, etc. Como se ve, lo importante no es la imagen sino lo que detrás de ella se esconde.

El Observador