viernes, 29 de agosto de 2008

Crisis en verano



El pasado 14 de agosto, el Consejo de Ministros se reunió de forma extraordinaria, y por primera vez, en periodo vacacional para aprobar una serie de medidas económicas que desde la óptica gubernativa vienen a dar solución a la crisis económica. Los datos lo han delatado la crisis está servida y lo peor queda por llegar. Las medidas gubernamentales aprobadas son 24 y abarcan actuaciones en seis ámbitos: financiación de PYMES; vivienda; transporte; energía y cambio climático; telecomunicaciones y sociedad de la información; y servicios
Como es lógico, estas medidas no han pasado desapercibidas. No sabemos si tendrán o no los efectos deseados, pero como era de esperar, han surgido comentarios y opiniones desde las posturas de izquierda que las vuelven a catalogar como más de lo mismo. Para estos sectores políticos, sindicales o asociativos, se trata nuevamente de recetas neoliberales que pasan por favorecer a los que más tienen. Así, se critica que se pretenda reducir los impuestos y por lo tanto la capacidad redistributiva del estado o que no se invierta en aspectos sociales.(Concretamente CCOO apuesta por la generalización de la educación de cero a tres años, de manera que se cubra la actual demanda y se genere empleo en el sector, acelerando la puesta en marcha de los servicios dirigidos a las personas dependientes, con la consecuente mejora de unos servicios sociales actualmente insuficientes y un impulso en la creación de empleo en ese sector de actividad).
Hay quienes no dudan en cuestionar que estas mediadas al estar dentro del mismo modelo de desarrollo económico, que es lo que en verdad ha fallado, están llamadas al fracaso. En este sentido, Juan H. Vigueras miembro del Comité Científico de ATTAC España opina: “Si se contrasta ese diagnóstico abreviado con las medidas gubernamentales de abril, junio y las últimas del 24 de agosto de 2008, deduciremos dos conclusiones básicas: 1) que seguimos instalados en el fracasado paradigma económico neoliberal y 2) que falta un liderazgo político con la dimensión pedagógica de otros tiempos”.

De otra parte, los discursos de la derecha económica y política las ven insuficientes y piden la eliminación de la mayoría del gasto público (con lo que ello podría conllevar), así, el PP, considera la actitud del gobierno como de inacción proponiendo como es de esperar actuaciones que limiten el crecimiento del Gasto Público al 2% en los Presupuestos para 2009, reducir los impuestos y bajar la capacidad de recaudación del estado y liberalización del sector servicios, entre otras.

Como podemos observar, el verano ha sido de crisis, si no que se lo pregunten a muchos de nuestros hosteleros (a pesar de las declaraciones de algunos cargos políticos locales afirmando el aumento del turismo este año). El observador, ante esta situación, considera que un municipio como Barbate con una crisis estructural desde hace años, debe cuando menos plantearse, ante la coyuntura actual tomándosela en serio de una vez por todas, un plan, paquete de medidas o como quiera llamarse que ayude a salir de esta situación. Tomando en cuenta las siguientes cuestiones al menos:

Como primera observación, consideramos que el gobierno local debería plantearse la posibilidad de llevar a cabo una revisión de su política económica, reconsiderando el presupuesto aprobado hace unos meses que ponía en manos del desarrollo urbanístico todas las demás actuaciones políticas. Recordemos que el partido socialista al igual que gobiernos anteriores proponía en los presupuestos del 2008 la entrada de millones de euros (miles de millones de pesetas) por la venta de los aprovechamientos urbanísticos. Dinero con el que decían, que afrontarían la mayoría de las inversiones necesarias en materias de infraestructura del municipio, a pesar de que ello suponía perder los aprovechamientos para la dotación de servicios. Este presupuesto es difícil que se cumpla, y por lo tanto, es necesario que se revise, de lo contrario muchas de las inversiones que decían se llevarían a cabo no verán la luz al menos en este año y Barbate no está para mucha espera.

En segundo lugar, no estaría de más recordar que, en esta serie de medidas, la contención del gasto debe ser una prioridad para sanear la economía local. Ante esta observación, deberíamos plantearnos si realmente el gobierno local esta dispuesto a realizar esta medida de forma objetiva y eficaz; o por el contrario, como gobiernos anteriores, están dispuestos a jugar con los puestos de trabajo, despidiendo a unos y promocionando a otros de manera subjetiva y discriminatoria. ¿No es ya hora de realizar conjuntamente con los agentes sociales un organigrama que dé respuestas a las necesidades reales de la gestión municipal y del municipio, en vez de tener a un municipio maniatado por la carga económica que supone una plantilla sobredimensionada y no ajustada?

En tercer lugar, entendemos que, todas estas medidas deben tomarse sin dañar los servicios públicos. Hemos oído por activa y por pasiva que las tomadas en el ámbito del Estado no afectarían en ningún caso las actuaciones en materia de política social. Esta afirmación, que para muchos no deja de ser una proclama más que un compromiso real (ya que no se realiza todo lo que se dice realmente en materia de ley de dependencia, cobertura social, vivienda, etc) debe ser una premisa de cualquier gobierno que se considere progresista. No se entendería, por lo tanto, que en nuestro municipio se realizara un ajuste del gasto a costa de reducir los servicios, ya mínimos, que se reciben. Barbate es por ejemplo, uno de los pocos municipios que no cuenta con centro de Educación Infantil Municipal (conocido por guarderías municipales); en este sentido el gasto en materia educativa es mínimo, tan solo aporta un monitor escolar en cada centro para la atención de los alumnos de tres años. De otra parte, la mayoría de los programas de intervención social vienen en parte subvencionados por la administración autonómica, por lo cual el ayuntamiento aporta tan solo una mínima parte en los mismos. Lo que si concierne al gobierno local es facilitar que dichos programas se desarrollen de manera adecuada, se vele por su efectividad y sobre todo sirvan para atender a los sectores sociales que mas lo requieren con criterios objetivos y lejos del clientelismo partidista o de los reinos de taifas que en algunos casos se han configurado. Si Barbate ha contado con mayores programas sociales que otros municipios cercanos estos deben mantenerse hasta que los problemas y circunstancias de desventaja que los motivaron sean superados. Algo que nos parece estar aun bastante lejos.

Por último cabe hacer la siguiente observación. Barbate, requiere de inversiones extraordinarias para cambiar su aspecto y ser más atractivo para sus habitantes y de cara al turismo. Arreglando calles, iluminación, infraestructuras deportivas y culturales como el cine Avenida, etc. Las iniciativas necesarias para la diversificación de la economía; es decir, las que se prometieron.

En resumen, no estaría de más que, después de lo que ha pasado este verano con la crisis, se tomase nota y se iniciara una política seria que saque a nuestro pueblo del lugar donde durante años lo han ido metiendo.

El Observador

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