viernes, 19 de diciembre de 2008

Pasear

Me pongo esta semana a recordar, a repasar los últimos acontecimientos de la vida local para escribir esta colaboración y en estos últimos siete días, aparentemente, no ha habido ningún tema que haya saltado a los medios de comunicación o a la opinión pública en general que llame la atención de este observador.

Sin embargo, paseando por nuestras calles y moviéndonos por nuestras carreteras y nuestro entorno más inmediato, son muchas las cuestiones que nos siguen abordando. La limpieza de nuestras calles sigue siendo pésima.

Una arteria principal como es la calle Agustín Varo, peatonalizada desde hace años, muestra un aspecto deprimente, con suciedad y excrementos de animales por todas partes. Esta calle se parece más en algunos tramos a una vía de cualquier ciudad del tercer mundo que a una calle de un país desarrollado. En una de sus esquinas justo enfrente del Hogar del Pensionista, se apilan varios contenedores de basura, que nunca son suficientes para recoger los residuos de aquella zona. Por este motivo, las bolsas de plásticos llenas de despojos se esparcen alrededor de ellos cual plaga se tratase. Para colmo, el arreglo de falso adoquinado que se hizo hace unos años se desprende de manera vergonzosa dejando huecos en el suelo, aumentando así la sensación de dejadez y abandono. Si esta obra se hizo mal, ¿por qué no se pide que la garantía cubra su reparación? Permítanme la expresión. ¡Qué de mierda en la calle!

No menos vergonzoso es que en casi todas las fachadas, ya sean delanteras o traseras, de los colegios de la localidad se hayan colocado contenedores de basura. Cierto es que a nadie le apetece aguantar bajo su ventana la mierda de todo el vecindario, y aún menos cuando en nuestro pueblo las ordenanzas de limpieza se incumplen cotidianamente por parte de mucha gente, de manera que no es extraño observar cómo a cualquier hora del día se depositan bolsas o lo que es peor, se vacían directamente los cubos al contenedor. Pero dicho esto, no podemos entender cómo en lugares donde se concentra una gran población infantil se ponen contenedores que no cumplen con las mínimas normas de higiene. No queremos ni pensar que quienes nos gobiernan consideren que las escuelas son los mejores lugares para depositar la basura. Permítanme la expresión. ¡Cuánta mierda en los contenedores!

Y es que en nuestro pueblo, parece ser que no se tiene en cuenta aspectos tan básicos como la instalación de papeleras para que los peatones puedan depositar los restos de basura. Por el contrario, la falta de este mobiliario urbano es suplantada por una enorme papelera en la que a veces se convierte algunas calles o sitios de Barbate.

Pero además de la basura, nuestras calles sufren un deterioro imparable. No importa si son grandes o pequeñas, largas o cortas, anchas o estrechas…sólo las agraciadas por el criterio de quienes nos gobiernan han sido reparadas. Así por ejemplo, hay calles pequeñas que apenas son transitadas y ya han sido reparadas. Sin embargo, otras como la calle Cervantes, altamente transitada durante todo el día, presenta un pavimento y acerado deplorable, quizás porque en ella no viva ningún concejal o concejala. Pero como ésta, podríamos enumerar un listado interminable de nombres con calles que presentan graves problemas.

Volviendo al tema de la limpieza diaria y de la recogida de residuos sólidos urbanos nos hemos tropezado, y nunca mejor dicho, porque algunos están en medio de las aceras con los contenedores subterráneos que, el anterior gobierno municipal, ubicó en algunas pocas zonas de Barbate. Todos tienen una misma característica en común: aún no se han usado. Nuevamente, el dinero público fue usado sin ningún tipo de control que garantizara los objetivos del gasto realizado. Sin embargo, muchos de estos contenedores han servido para amortiguar algún que otro golpe de los no pocos conductores despistados que circulan por nuestras calles. Permítanme la expresión. ¡Vaya mierda de contenedores!

Y hablando de conductores y de circulación. Parece que a nadie le extraña ya que cualquier sitio pueda servir para aparcar su vehículo. Todo el mundo sabe que Barbate presenta poco espacio para aparcar. Muchas calles estrechas impiden que los vecinos y vecinas puedan dejar sus coches aparcados en la vía pública, y por ello, se ocupa una de las aceras de dicha calle. Pero esto, que no siendo correcto es comprensible, no tiene nada que ver con los comportamientos a los que nos referimos. Así, si vas paseando puedes encontrarte un coche encima de un paso de peatones o subido en zonas donde las aceras se ponen a nivel del asfalto para eliminar las barreras arquitectónicas. En el peor de los casos, los dos vehículos paran en medio de la calzada para que sus ocupantes puedan intercambiar impresiones, sin importarles impedir la libre circulación al resto de conductores. Pero no sabemos qué temas tan importantes les llevan a actuar de esa manera.

Y ahora, como es habitual, permítasenos realizar las siguientes observaciones.

La primera observación es que esperemos que las empresas municipales que el gobierno local está creando, sirvan para algo más que contratar a dedo a quienes ellos quieren. Al final, y de seguir esta dinámica, tendremos un ayuntamiento con 400 trabajadores y otros cientos más en las empresas municipales. Algo que ya sucedió hace años en ayuntamientos tan ejemplarizantes como algunos de la Costa del Sol, y en especial en el de Marbella, donde sus empresas municipales sirvieron para crear ejércitos de lacayos al poder establecido, basado en una más que mayoría absoluta. Así pues, esperemos que la empresa de limpieza sirva para solucionar muchos de los problemas que hemos enumerado anteriormente. Pero tenemos serias dudas, puesto que la forma de iniciar su andadura deja mucho que desear. Sus estatutos fueron aprobados por urgencia, sin debate y sin enseñárselo a nadie en el último pleno municipal, dando nuevamente ejemplo de lo que debe ser una gestión clara y transparente.

Una segunda observación, está relacionada con otra iniciativa del mismo pleno, la cual gira en torno a la creación de aparcamientos en el subsuelo. Parece ser que ésta es la intención para la zona del parque Infanta Elena. Lo que no sabemos, es si estos aparcamientos serán municipales o privados. Tampoco nos gustaría que una vez hechos los aparcamientos, las plazas existentes en los mismos se vendieran a particulares para amortizar las obras, y de esta manera sólo unos pocos puedan disfrutar de los mismos.

Para terminar y como tercera observación, estamos seguros de que desde el gobierno se trabaja seria y concienzudamente en la eliminación del problema de las cacas de animales en nuestras calles. La cuestión es bien fácil: exigir a todo el mundo el estricto cumplimiento de unas ordenanzas municipales que penalicen estos comportamientos, es decir, multar a quien su perro o perra haga sus necesidades en la vía pública y no las retiren. Pero quizás la solución también pueda estar en una de las nuevas empresas creadas por el gobierno local, y no nos extrañaría que la empresa municipal dedicada al desarrollo tecnológico, pudiese inventar algún sistema que permitiera llevar a los animales un retrete incorporado. En el mismo se recogerían los excrementos y los podríamos depositar en una planta energética de biomasa. De conseguirlo, podría patentarse y serviría de revulsivo a nuestra economía.

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