viernes, 20 de junio de 2008

Irregularidades al descubierto


Esta semana, el observador quiere centrar la atención en un hecho que lamentablemente se viene convirtiendo en habitual en el escenario político municipalista, pero no por ello deja de sorprender. De nuevo, ha saltado la noticia. Otro gobierno local y altos cargos de la administración municipal han sido detenidos por presuntos delitos de corrupción sobre todo en materia urbanística, esta vez en Estepona.

Las reacciones no se han hecho esperar la apertura de expedientes, las declaraciones públicas de unos y otros, la cascada de información en los medios de comunicación, la alarma se vuelve a poner en funcionamiento pero ¿estas cosas no se saben hasta que la justicia actúa? O por el contrario, son conocidas y comentadas hasta en los lugares más recónditos de un pueblo o ciudad donde sucede. ¿La corrupción nace espontáneamente cuando un juez la destapa o por el contrario se viene gestando al tiempo que va creando una difícil y compleja trama de intereses que hace callar a unos y a otros mirar para otro lado?

Los grandes partidos, si quieren tener credibilidad a la hora de proclamar su defensa en de la ética política, deben de ser los que apuesten de manera incondicional por crear las estructuras y mecanismo, que impidan que la semilla de la corrupción entre en las administraciones publicas. La creación de un organismo que vele por lo publico y que en un momento determinado se vea obligado a actuar ante la denuncia de cualquier persona o colectivo, es algo que evitaría que estas personas que pudren lo publico puedan crear sus redes de intereses corruptos. Redes que están relacionadas con convenios urbanísticos, o por permutas de terreno donde se infravalora lo publico, o por edificios que superan la edificabilidad permitida o construyen casas en sótanos que superan la altura que sobresalen del suelo hasta convertirse en verdaderas primeras plantas, en ventas de aprovechamientos urbanísticos a precios puestos por técnicos municipales mandados por políticos de turno, y por políticos de turno en manos de técnicos que de manera descarada trabajan en lo publico al tiempo que mantiene despachos privados donde llevan los mismos asuntos, etc

Pero al observador le in teresa centrarse en su realidad más cercana, por ello, y recordando que el 16 de junio se cumplió el primer año de mandato del nuevo gobierno local encabezado por Rafael Quirós quien recibió el apoyo mayoritario hasta gozar de una mayoría absoluta que le permite gobernar sin necesidad de contar con nadie mas, y por ello el observador quiere hacer patente unas serie de reflexiones que son datos aparecidos en los medios de comunicación tanto locales como provinciales.

La primera observación, es como después de un año el gobierno local no ha actuado con contundencia para aclarar una serie de aspectos oscuros de la gestión de los gobiernos anteriores. En su primera declaración y como figura en la edición de un periódico provincial de 17 de junio de 2007 “el regidor barbateño anunció que «lo primero que haré será encargar una auditoria de las cuentas municipales”, sin embargo de auditoria aun nada y además hemos conocido por declaraciones de varios miembros del gobierno local (alcalde incluido) que durante años ha habido una doble contabilidad municipal (algo que puede ser delito). Se nos ha dicho públicamente que el dinero de algunas subvenciones se ha gastado no se sabe donde, etc, Pero además, podemos añadir otro sin fin de cuestiones o interrogantes que relacionadas con el asunto urbanístico deben ser aclaradas de manera urgente. Nos referimos asuntos como el convenio de los “hoteles fantasmas” de Trafalgar (que venían a paliar la crisis pesquera), o la de edificios que superan su edificabilidad, o sótanos convertidos en primeras plantas, o que no se conozca el valor de la permuta del Palacio de Zahara de los Atunes, etc….

Por ello, falta hacer la última observación: ¿Por qué no se actúa? ¿Quiénes son los que pueden parar o tener el interés de que en Barbate algunos asuntos sobre presuntas irregularidades no se aclaren? Lo que no cabe duda, es que la credibilidad de quien ha prometido aclarar los asuntos citados y en un año no ha hecho nada (tan solo realizar declaraciones que confirma la gravedad de algunos hechos) comienza a debilitarse, pero lo más lamentable es que sin querer también se puede estar haciendo cómplice de estas posibles irregularidades al seguir tapándolas.

El observador

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