miércoles, 22 de octubre de 2008

Al perro flaco…


La situación económica no termina de aclararse, a pesar del “Plan de Acción Concertada de los Países de la Zona Euro” y las medidas tomadas en los distintos países para parar la crisis financiera, los resultados han sido inciertos. Así, podíamos leer “las bolsas europeas entran en caída libre sin encontrar freno en las medidas contra la crisis” o “las plazas europeas se hunden pese a la bajada de tipos en Estados Unidos y Europa” (Madrid, 8 de Octubre Europa Press).

Como es normal, estas medidas que vienen a suponer una red de seguridad sobretodo para las identidades bancarias, ha recibido el apoyo de los poderosos. En la página web del diario Finanzas.com, con fecha del 13 Octubre 2008, encontrábamos el siguiente titular: “Patronal apoya las medidas económicas aprobadas por el Consejo de Ministros”. Ello, ha dado lugar a que muchas personas piensen que lo hecho hasta ahora sólo va a permitir que los de siempre realicen sus mejores negocios. En la página elpais.com, no se dudaba el presentar la siguiente noticia: “Capitalismo de emergencia: "Plan Europeo": Como hacer negocios privados con el Estado en tiempos de crisis”. Sea como fuere, parece ser que el modelo económico actual no deja lugar a otras posibilidades. Así, no es de extrañar que haya sido relativamente fácil el acuerdo alcanzado entre los gobernantes europeos que, en teoría, mantienen principios ideológicos diferenciados cuando no, en el mayor de los casos, opuestos. Acordado pues a nivel europeo las medidas a tomar por gobiernos “progresistas” y “conservadores” no cabe la posibilidad de la confrontación de modelos distintos en los que basar las relaciones humanas dentro de la sociedad y, especialmente, en relación a la economía como una actividad que afecta a la ciudadanía.

Sin embargo, a pesar de estas medidas, el horizonte de nubarrones no termina de desaparecer. Algunas entidades bancarias, no han dudado en afirmar, como lo ha hecho Citibank “que las medidas de la UE no capearan la recesión, aunque eviten el colapso financiero”. (Madrid, 14 de Octubre) y no es para menos, ya que la bolsa emblema del modelo capitalista no para de fluctuar, y si bien, en un principio hubo una reacción positiva, las peores noticias no tardaron en llegar. Hemos podido leer “Las bolsas sufren fuertes caídas ante el temor a una recesión global” (La Estrella Digital -15 Octubre 2008) o “Crece la amenaza de una recesión mundial y se derrumban las bolsas”(AFP – 15 Octubre 2008).

Pero la cosa no acaba aquí y el todopoderoso FMI ha advertido que muchas economías avanzadas se dirigen a la recesión (Expansión.com 08 Octubre 2008) y ha salpicado directamente a nuestro país cuando se ha dado a conocer la noticia de que “El FMI ve a España en recesión en el 2009” (La Vanguardia – 09 Octubre 2008). Una recesión con una caída del 2%, lo que supondrá que el aumento ya iniciado en las tasas de paro sea aún mayor. Y no es de extrañar, pues, apenas que nos paremos un poco en leer algunos titulares de economía, podemos comprobar cómo día a día se destruyen puestos de trabajo. El sector del automóvil ha sido uno de los primeros en sufrir estas consecuencias, hasta el punto de que el ministro Sebastián intenta parar los despidos que planea Renault en Castilla y León (elEconomista.es - 15 Octubre 2008). El aumento de despidos queda reflejado en el siguiente titular: “Los despidos mediante expedientes se incrementan el 10% en Catalunya” (El Periódico de Catalunya - 6 Octubre 2008). Algunas marcas como la Nissan, ha tomado la decisión de poner en la calle a buena parte de su plantilla de trabajadores. El periódico “La Vanguardia”, nos informaba el pasado 10 de Octubre de que “Nissan prepara 1.500 despidos en Barcelona”. Este mismo diario, informaba igualmente sobre la intención de la empresa Seda para presentar “un ERE temporal en la planta de Cádiz”. Está claro que hoy por hoy ni los más grandes analistas económicos serían capaces de pronosticar con total exactitud qué sucederá en pocos días. Es algo así como la predicción meteorológica, que puede aproximarse al tiempo que hará en una determinada zona, pero le resulta casi imposible pronosticar cuándo las nubes descargarán una tromba de agua que inundará las casas, arrasarán las cosechas o destrozarán las carreteras.

Con este escenario general, no sólo a nivel de Estado español o Comunidad Europea, sino mundial, ¿qué suerte correrá la economía de nuestro pueblo?. Nos gustaría hacer una serie de observaciones.

La primera observación va en la dirección de que tengamos en cuenta que hoy por hoy la mayor parte de la economía local sigue descansando en la pesca extractiva. Por lo tanto, parece obvio entender que, esta actividad puede quedar marcada por el aumento del precio de los combustibles y por el abaratamiento de los productos del mar. Sin embargo, como, ya se ha diezmado durante los últimos lustros, nuestra flota pesquera, no creemos que ésta vaya a seguir reduciéndose, pues supondría su total desaparición.

La segunda observación hace referencia al incipiente turismo en determinadas zonas del municipio como Caños de Meca, Zahora, y Zahara de los Atunes. Ni que decir tiene que en estos lugares se generan una gran cantidad de puestos de trabajo de manera estacional. Estos trabajos pueden verse afectados al disminuir las personas que nos visiten. Como muestra sirva el dato de que ya este verano se ha dejado notar la incipiente crisis (a pesar de lo que han dicho algunos políticos municipales).

Otra observación, que podemos realizar, en torno a este escenario internacional que sin duda incidirá en nuestras vidas cotidianas de una manera que aún no nos podemos imaginar, consiste en el aumento de la tasa de paro que vendrá dada por la falta de trabajo para muchos barbateños en la construcción, que realizaban fuera de nuestro pueblo. Ha sido normal ver cómo cuadrillas completas se desplazaban diariamente o semanalmente a lugares donde el “boom inmobiliario” pedía, cada vez, más y más mano de obra. Sin embargo, muchos son los que ya no encuentran trabajo y deben de acogerse a las ayudas por desempleo.

Un panorama, por lo tanto, confuso, complejo y desconcertante para quienes, en precario, han decidido embarcarse y embargarse en créditos para adquirir coches o para hipotecar su vivienda. ¿Qué va a pasar con tantas familias que han establecido unos gastos en función de unos ingresos que ahora no disponen? ¿Les dará el gobierno el dinero que necesitan para pagar sus hipotecas y coches como han garantizado a los bancos? ¿Qué hará nuestro gobierno local para en una época de recesión poder ayudar a aquellos que más lo necesiten? ¿Tienen pensado qué medidas extraordinarias establecer para amortiguar el duro batacazo que muchas familias pueden tener? ¿Se plantea exigir al gobierno central y autonómico un trato preferencial para este pueblo que estaba en crisis antes de la crisis? O como dice el refrán: “Al perro flaco, todo se le vuelven pulgas”.

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