martes, 27 de enero de 2009

Alegaciones al PGOU (II). Otras voces.


La semana pasada, y en esta columna de opinión que no tiene otra finalidad que la de enfocar algunos de los asuntos que acontecen en nuestro pueblo, nos atrevimos a hacer una pequeña reseña de algunas de las alegaciones que han sido presentadas al Plan General de Ordenación Urbana de Barbate, aprobado recientemente. La extensión de los documentos comentados posiblemente pueda dar lugar a algunas imprecisiones, ya que muchos lectores, por uno u otro motivo, no habrán tenido acceso a los documentos íntegros, y por ello pueden no captar todo su contenido.

Hoy, y como anticipamos en el número anterior, intentaremos aproximarnos al documento de un técnico barbateño, Manuel Rivera Pareja, quien, con una dilatada experiencia en distintas administraciones autonómicas, no duda en realizar, de manera desinteresada, aportaciones a los distintos documentos que han venido aprobándose y publicándose en materia urbanística en nuestro municipio. Las alegaciones de Manuel Rivera hacen referencia a distintos aspectos del Plan que no le afectan a nivel particular pero que, desde su punto de vista, podrían mejorar la calidad de vida de los habitantes de Barbate.

El documento comienza con un reconocimiento explícito al trabajo desarrollado por los técnicos que, desde hace años, vienen diseñando dicho documento. Inmediatamente, se plantea una cuestión fundamental para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos de Barbate. En este sentido, llama la atención la propuesta que hace para optimizar los “tránsitos de la ciudad”, aportando un trazado para permitir una comunicación circular en la ciudad. Para ello, propone “comunicar la entrada de la carretera de Zahara de los Atunes con el casco urbano y la playa, intentando dar más fuerza a una posible circunvalación junto al río, que conecte en mejores circunstancias con la Avenida Atlántico”. Esta última vía se convierte en un eje fundamental para la propuesta de Manuel Rivera, de manera que propone recuperar los dos sentidos de tráfico. Para ello, se eliminaría una línea de aparcamiento y se establecerían badenes para hacerla lenta y segura.

Otras cuestiones que propone el autor igualmente son, también, “mejorar la circunvalación en Barbate Norte”, que bordearía toda la población por la zona del río, conocida como “El Mosquito” y empalmaría con la carretera de Zahara de los Atunes. Igualmente, pide “reforzar la potencialidad de comunicación en la zona del polígono con una vía rápida”. No falta, entre sus propuestas, dotar de carril-bici a todas estas nuevas arterias de tráfico.

En su documento, Rivera Pareja, señala algunos elementos de nuestro paisaje urbano que le gustaría conservar por poderse considerar señas de identidad de nuestro pueblo. Como buen barbateño, defiende que se tenga en cuenta “el potencial turístico, artesano y tradicional que tiene la actividad de la carpintería de Ribera”, por lo que pide que en la remodelación prevista para el río esta actividad tenga un lugar. De la misma manera, al ya interesante listado de edificios públicos protegidos que aparecen en el documento aprobado del PGOU, Manuel no duda en añadir otros, de titularidad pública, como la Comisaría de Policía, la Casa de la Cultura, la Casa del Mar, el actual Centro de Adultos,…y viviendas que, por su singularidad, se han convertido en una huella histórica para nuestro pueblo. También propone que se protejan no sólo edificios, sino otros elementos, como jardines, que tienen especies arbóreas como las araucarias.

Nos resulta muy interesante la reflexión que el autor hace sobre las pedanías, señalando la incongruencia que supone que, en el avance del PGOU, se contemplasen zonas que tienen una importante ocupación de suelo por viviendas (tal es el caso de San Ambrosio, El Soto o El Botero) y que ahora no figuren en el documento. Muestra sus conocimientos urbanísticos cuando advierte que “en la LOUA (Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía), este tipo de hábitat se puede incluir de otra forma en el planeamiento”. Entiende que “un planeamiento no puede seguir mirando para otro lado, tiene que determinarse y definirse, además de que la LOUA nos obliga a reconocer los núcleos urbanos consolidados de antiguo”. Sin duda, esta aportación tiene como objetivo recordar la existencia de estos “núcleos urbanos”, cuyos derechos deben estar consolidados y recogidos en el PGOU.

Conocedor, como hemos mencionado anteriormente, de los distintos documentos que han venido a regular el desarrollo urbanístico de nuestro municipio, Manuel Rivera señala en sus alegaciones la necesidad de dividir las unidades de ejecución en unidades más pequeñas, dentro del nuevo planeamiento. El motivo que lleva al autor a realizar esta petición es, desde su punto de vista, la dificultad que tuvo para desarrollarse el PGOU de 1995 por el gran tamaño de sus unidades de ejecución, como uno más de los problemas que frenó su impulso.

Recuerda, igualmente, otros aspectos que el documento no deja pasar por alto. Así, pide que se maticen alguna que otra protección de edificios que han aparecido nuevas como la propuesta para la fábrica de Massó y los edificios de la Avenida Cabo Diego Pérez. Propone que las zonas verdes sean integradas en el “interior de la propia trama urbana”, y no en los bordes de la ciudad, lo que no tiene mucho sentido cuando se linda con un parque natural. Señala algunos edificios que no han sido contemplados dentro del nuevo PGOU en relación a la altura real que tienen, pidiendo que “se integren con las consecuencias heredadas desde que se construyeron”.

Por último, el autor vuelve a recordar algunas ideas y aportaciones suyas que no han sido contempladas en el nuevo PGOU, pero que se nos antoja lo suficientemente interesantes y atractivas como para mencionarlas en este artículo. Nos referimos a la idea que plantea al querer unir el Paseo Marítimo con el puerto, al tiempo que pide conectar el puerto con la ciudad, quitando las vallas del mismo. Preservar en la entrada al municipio los pinares con un parque longitudinal que mantenga la belleza actual y no como el propuesto en esta zona en las unidades de ejecución, al fondo de la misma en su borde, junto al parque natural, en la zona del “Serrito”, donde ya hay de por si mucho verde y la ciudad por ahí ya no podrá crecer.

El nuevo PGOU de Barbate, lleva muchas de las ideas propuestas y defendidas por Manuel Rivera Pareja en los múltiples documentos que, de forma desinteresada, ha ido presentando en los procesos en los que se diseñaba el futuro urbanístico de nuestro municipio. Algunas personas no sabrán quien propuso la mejora de una calle o la protección de un espacio singular. Creo que, a él, eso no le importará, pues estoy seguro de que su mayor satisfacción será siempre poder opinar, de manera cualificada, sobre el urbanismo de su pueblo, algo que parece muy lejano pero que incide en la vida cotidiana de todos nosotros. Y como dice en el documento, no olvidar que cuando se planifica se puede reportar pingües beneficios para unos y grandes cargas para otros, por lo que el plan debe de ser equidistributivo, tanto en cargas como en beneficios.

Una sola observación. En esta sociedad donde todo se mueve por el interés del beneficio personal, ¿cuánto o cuál sería el coste del trabajo ingente que este barbateño viene realizando de forma anónima con el único interés de mejorar la calidad de vida de todos los que vivimos aquí? Vaya por delante mi reconocimiento.

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