Hoy, este observador, y desde la barrera, se atreve a escribir estas letras dirigidas, especialmente, al Presidente Zapatero y a la opinión pública en general. Letras que nos gustaría que fueran suscritas por la inmensa mayoría de barbateños y barbateñas. Letras que quieren ser una llamada de atención y no un lamento en el desierto. Letras que se cargan de razón cuando no se pide para uno en particular y sí para todo un pueblo.
Señor Rodríguez Zapatero:
Este observador es consciente de los graves problemas que, desde su alta responsabilidad de jefe de gobierno de España, tiene que afrontar diariamente en estos tiempos de crisis. Siendo como deben de ser las soluciones globales para problemas globales, permítaseme que desde la barrera le haga llegar, con mi máximo respeto, una serie de observaciones sobre la delicada y compleja situación que vive Barbate desde hace ya bastante tiempo.
Barbate es un pueblo que experimentó un gran crecimiento demográfico y económico después de su independencia, y así, entre los años cuarenta y sesenta, duplicó su población. Pero este crecimiento no se vio acompañado por el desarrollo de estructuras sociales y servicios públicos, de manera que este pueblo que arrastraba carencias en infraestructuras básicas desde antes de su independencia vio cómo las ganancias económicas no se correspondían ni con una redistribución de las riquezas ni con una mejora de los indicadores de calidad de vida.
La situación se hizo más compleja cuando comienzan las primeras crisis pesqueras de la localidad, debido a la pérdida de los caladeros tradicionales, en aguas jurisdiccionales de Marruecos. Los nuevos acuerdos y convenios, primero entre España y Marruecos y después entre la UE y el país vecino, eran esperados siempre como el bálsamo que pudiese recuperar lo que, desde los años setenta, se ha convertido en una grave crisis económica del pueblo, debido al desmantelamiento paulatino de su mayor sector productivo: la pesca y, por consecuencia de todos los puestos de trabajo indirectos que en tierra se generaban.
Señor Presidente. Cualquier pueblo o zona que ha sufrido algún proceso de desmantelamiento económico ha tenido como mínimo procesos de reconversión, para recolocar a muchos de los efectivos que quedaban en el paro. En nuestro pueblo, lamentablemente, las alternativas dadas a la mar han sido muy escasas, por no decir ninguna. Ello ha conducido a buena parte de la población a tener que abandonar su pueblo, buscando trabajo en otros lugares. Y en otros casos, ha precipitado a que muchas personas paguen en sus carnes el entrar a formar parte de actividades ilícitas cumpliendo condena en centros penitenciarios, algo que, a la larga, dejará secuelas en este pueblo.
Pero, déjeme que, también, le apunte que nuestro pueblo, Barbate, sufre la ocupación de una buena parte de su territorio por instalaciones militares. El campo de Tiro del Retín sirve de ensayo de muchos ejercicios bélicos para tropas, no sólo españolas sino también internacionales. Todo ello, sin que reporte prácticamente ninguna compensación para el municipio. Las ayudas aprobadas en los Presupuestos Generales del Estado para compensar las servidumbres militares son insignificantes, y en la mayoría de los casos no llegan por el débito del Ayuntamiento con Hacienda.
Quiero recordarle, igualmente, que nuestro pueblo cuenta con un potencial económico relacionado con las industrias de transformación del pescado, sector este que, por su calidad, puede competir con los mayores delicatesen del mercado. El apoyo institucional para las industrias ya consolidadas y para los nuevos emprendedores no puede quedar únicamente en campañas puntuales o subvenciones hay que abrir mercado a través de la innovación y las nuevas tecnologías de la comunicación.
Además, nuestro entorno natural es otro posible potencial económico. Las inversiones al Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate no terminan de suponer el impulso que este entorno natural privilegiado necesita para convertirse en un motor de desarrollo.
Por último, Señor Presidente, y dentro de esta enumeración de potenciales de nuestro pueblo, quisiera resaltar el valor de mucha gente que aquí vive, y cuando hablamos de valor lo hacemos tanto en su sentido literal como en el de valentía. Valentía de un pueblo que atraviesa el Estrecho de Gibraltar en pequeños barcos de pesca que quedan a merced de la Naturaleza, cuando ésta se muestra con toda su fuerza (algo común en esta zona azotada por fuertes vientos). Porque valentía hay que tener para haber levantado un pueblo a base de poner en peligro la vida de cientos de personas que faenaban en las aguas marroquíes. Y valor, también, de una población abierta, alegre, solidaria, campechana, confiada… que ante las adversidades del destino sigue esperando que llegue el Mesías para su salvación. Por eso, en las últimas elecciones municipales, su partido volvió a recuperar la mayoría absoluta en este pueblo. Porque fueron muchos los cargos públicos (algunos muy cercanos a usted ahora) los que vinieron a nuestro pueblo para pedir el voto, prometiendo que las tan deseadas soluciones llegarían de una vez por todas. El más significativo fue el Vicepresidente del Gobierno y ex presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, quien, ante más de dos mil personas, prometió que este pueblo saldría adelante.
Dicho esto y después de leer las noticias aparecidas en la prensa, de escucharle en las televisiones y emisoras de radio, durante su mitin en Madrid hoy me dirijo a usted porque comparto al cien por cien muchas de sus palabras. Quien no suscribiría el “Debemos cambiar los ladrillos por ordenadores, por más becas”. Es decir, debemos cambiar el paradigma de un desarrollo económico basado en la especulación por uno basado en el desarrollo del conocimiento, ya que una sociedad con mayor conocimiento será una sociedad más responsable en sus actuaciones.
Del mismo modo comparto la opinión de su compañero de partido y actual presidente de la Junta, José Antonio Griñán, de que la educación debe ser una prioridad de cualquier política y, sobretodo, de aquellas que se autodenominen de progreso.
Sin embargo, frente a estas declaraciones de carácter general, aquí en Barbate vemos cómo van pasando los meses, y ya años, y las soluciones prometidas no llegan. Por el contrario, observamos cómo muchas de las noticias que aparecen van en contra de lo que ustedes, los políticos andaluces y estatales, proclaman. Así, los únicos proyectos que han visto la luz en este municipio han sido macroproyectos urbanísticos con toneladas de ladrillos. Macroproyectos que, a priori, no son nada claros. No porque uno de ellos se sitúe en una zona conocida como la oscuridad, sino porque o bien están lindando a zonas protegidas o bien se pretenden realizar sobre terrenos comunales. Lamentablemente parece que aquí aún no ha llegado lo de “menos ladrillos y más ordenadores”.
De otro lado, tampoco se aprecia que la educación sea una apuesta clara en Barbate, a pesar de lo dicho por Griñán. Sus compañeros de gobierno local, nada más llegar al Ayuntamiento, quitaron a los monitores de Educación Infantil, única aportación real de las arcas municipales a la educación barbateña. Y lo que es peor: han preferido colocar como auxiliares administrativos y conserjes al personal de Ayuda a Domicilio, tras la privatización de dicho servicio, antes de brindar a cada centro educativo una de estas personas para colaborar en las labores asistenciales de los más pequeños, algo que resulta complejo poder entender. Pero más complejo resulta poder digerir la decisión de quitar una clase de tres años en nuestro pueblo, de manera que para el curso 2009-2010 en vez de diez aulas de tres años sólo habrán nueve, y por ello el número de alumnos de cada clase será entre 27 y 28 niños y niñas sin apenas autonomía. Lamentamos que no se haya tenido en cuenta los déficits sociales y educativos para mantener los recursos y se haga un recorte en un aspecto tan básico como la educación. Todo ello, a pesar de que usted haya firmado en su mitin de Vistalegre “que no habrá recorte entre los derechos sociales”.
Con mi máximo respeto, permítame recordarle que las grandes líneas políticas, o macropolíticas, se reflejan también en las micropolíticas que se hacen en cada pueblo. Y aquí, en el nuestro, parece que por ahora su discurso no ha calado, a pesar de que ganasen con mayoría absoluta.
Atentamente.
Desde la Barrera.
Señor Rodríguez Zapatero:
Este observador es consciente de los graves problemas que, desde su alta responsabilidad de jefe de gobierno de España, tiene que afrontar diariamente en estos tiempos de crisis. Siendo como deben de ser las soluciones globales para problemas globales, permítaseme que desde la barrera le haga llegar, con mi máximo respeto, una serie de observaciones sobre la delicada y compleja situación que vive Barbate desde hace ya bastante tiempo.
Barbate es un pueblo que experimentó un gran crecimiento demográfico y económico después de su independencia, y así, entre los años cuarenta y sesenta, duplicó su población. Pero este crecimiento no se vio acompañado por el desarrollo de estructuras sociales y servicios públicos, de manera que este pueblo que arrastraba carencias en infraestructuras básicas desde antes de su independencia vio cómo las ganancias económicas no se correspondían ni con una redistribución de las riquezas ni con una mejora de los indicadores de calidad de vida.
La situación se hizo más compleja cuando comienzan las primeras crisis pesqueras de la localidad, debido a la pérdida de los caladeros tradicionales, en aguas jurisdiccionales de Marruecos. Los nuevos acuerdos y convenios, primero entre España y Marruecos y después entre la UE y el país vecino, eran esperados siempre como el bálsamo que pudiese recuperar lo que, desde los años setenta, se ha convertido en una grave crisis económica del pueblo, debido al desmantelamiento paulatino de su mayor sector productivo: la pesca y, por consecuencia de todos los puestos de trabajo indirectos que en tierra se generaban.
Señor Presidente. Cualquier pueblo o zona que ha sufrido algún proceso de desmantelamiento económico ha tenido como mínimo procesos de reconversión, para recolocar a muchos de los efectivos que quedaban en el paro. En nuestro pueblo, lamentablemente, las alternativas dadas a la mar han sido muy escasas, por no decir ninguna. Ello ha conducido a buena parte de la población a tener que abandonar su pueblo, buscando trabajo en otros lugares. Y en otros casos, ha precipitado a que muchas personas paguen en sus carnes el entrar a formar parte de actividades ilícitas cumpliendo condena en centros penitenciarios, algo que, a la larga, dejará secuelas en este pueblo.
Pero, déjeme que, también, le apunte que nuestro pueblo, Barbate, sufre la ocupación de una buena parte de su territorio por instalaciones militares. El campo de Tiro del Retín sirve de ensayo de muchos ejercicios bélicos para tropas, no sólo españolas sino también internacionales. Todo ello, sin que reporte prácticamente ninguna compensación para el municipio. Las ayudas aprobadas en los Presupuestos Generales del Estado para compensar las servidumbres militares son insignificantes, y en la mayoría de los casos no llegan por el débito del Ayuntamiento con Hacienda.
Quiero recordarle, igualmente, que nuestro pueblo cuenta con un potencial económico relacionado con las industrias de transformación del pescado, sector este que, por su calidad, puede competir con los mayores delicatesen del mercado. El apoyo institucional para las industrias ya consolidadas y para los nuevos emprendedores no puede quedar únicamente en campañas puntuales o subvenciones hay que abrir mercado a través de la innovación y las nuevas tecnologías de la comunicación.
Además, nuestro entorno natural es otro posible potencial económico. Las inversiones al Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate no terminan de suponer el impulso que este entorno natural privilegiado necesita para convertirse en un motor de desarrollo.
Por último, Señor Presidente, y dentro de esta enumeración de potenciales de nuestro pueblo, quisiera resaltar el valor de mucha gente que aquí vive, y cuando hablamos de valor lo hacemos tanto en su sentido literal como en el de valentía. Valentía de un pueblo que atraviesa el Estrecho de Gibraltar en pequeños barcos de pesca que quedan a merced de la Naturaleza, cuando ésta se muestra con toda su fuerza (algo común en esta zona azotada por fuertes vientos). Porque valentía hay que tener para haber levantado un pueblo a base de poner en peligro la vida de cientos de personas que faenaban en las aguas marroquíes. Y valor, también, de una población abierta, alegre, solidaria, campechana, confiada… que ante las adversidades del destino sigue esperando que llegue el Mesías para su salvación. Por eso, en las últimas elecciones municipales, su partido volvió a recuperar la mayoría absoluta en este pueblo. Porque fueron muchos los cargos públicos (algunos muy cercanos a usted ahora) los que vinieron a nuestro pueblo para pedir el voto, prometiendo que las tan deseadas soluciones llegarían de una vez por todas. El más significativo fue el Vicepresidente del Gobierno y ex presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, quien, ante más de dos mil personas, prometió que este pueblo saldría adelante.
Dicho esto y después de leer las noticias aparecidas en la prensa, de escucharle en las televisiones y emisoras de radio, durante su mitin en Madrid hoy me dirijo a usted porque comparto al cien por cien muchas de sus palabras. Quien no suscribiría el “Debemos cambiar los ladrillos por ordenadores, por más becas”. Es decir, debemos cambiar el paradigma de un desarrollo económico basado en la especulación por uno basado en el desarrollo del conocimiento, ya que una sociedad con mayor conocimiento será una sociedad más responsable en sus actuaciones.
Del mismo modo comparto la opinión de su compañero de partido y actual presidente de la Junta, José Antonio Griñán, de que la educación debe ser una prioridad de cualquier política y, sobretodo, de aquellas que se autodenominen de progreso.
Sin embargo, frente a estas declaraciones de carácter general, aquí en Barbate vemos cómo van pasando los meses, y ya años, y las soluciones prometidas no llegan. Por el contrario, observamos cómo muchas de las noticias que aparecen van en contra de lo que ustedes, los políticos andaluces y estatales, proclaman. Así, los únicos proyectos que han visto la luz en este municipio han sido macroproyectos urbanísticos con toneladas de ladrillos. Macroproyectos que, a priori, no son nada claros. No porque uno de ellos se sitúe en una zona conocida como la oscuridad, sino porque o bien están lindando a zonas protegidas o bien se pretenden realizar sobre terrenos comunales. Lamentablemente parece que aquí aún no ha llegado lo de “menos ladrillos y más ordenadores”.
De otro lado, tampoco se aprecia que la educación sea una apuesta clara en Barbate, a pesar de lo dicho por Griñán. Sus compañeros de gobierno local, nada más llegar al Ayuntamiento, quitaron a los monitores de Educación Infantil, única aportación real de las arcas municipales a la educación barbateña. Y lo que es peor: han preferido colocar como auxiliares administrativos y conserjes al personal de Ayuda a Domicilio, tras la privatización de dicho servicio, antes de brindar a cada centro educativo una de estas personas para colaborar en las labores asistenciales de los más pequeños, algo que resulta complejo poder entender. Pero más complejo resulta poder digerir la decisión de quitar una clase de tres años en nuestro pueblo, de manera que para el curso 2009-2010 en vez de diez aulas de tres años sólo habrán nueve, y por ello el número de alumnos de cada clase será entre 27 y 28 niños y niñas sin apenas autonomía. Lamentamos que no se haya tenido en cuenta los déficits sociales y educativos para mantener los recursos y se haga un recorte en un aspecto tan básico como la educación. Todo ello, a pesar de que usted haya firmado en su mitin de Vistalegre “que no habrá recorte entre los derechos sociales”.
Con mi máximo respeto, permítame recordarle que las grandes líneas políticas, o macropolíticas, se reflejan también en las micropolíticas que se hacen en cada pueblo. Y aquí, en el nuestro, parece que por ahora su discurso no ha calado, a pesar de que ganasen con mayoría absoluta.
Atentamente.
Desde la Barrera.
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