Cualquier acción del ser humano, debe estar guiada por la intención de aumentar el valor de las cosas. Y no nos referimos solamente al valor material, sino a eso que perdura cuando lo material ya no está.
Esta cualidad de la acción humana es, desde nuestro punto de vista, de obligado cumplimiento para quienes tienen la alta responsabilidad de guiar a los pueblos, o lo que es lo mismo: de ejercer el gobierno de quienes los han elegido libremente.
En nuestro pueblo hay muchas cuestiones que requieren que sean puestas en valor. Desde esta columna, nos alegramos de que muchas de las ideas, en forma de críticas positivas o negativas, sean seguidas por quienes gobiernan con un interés especial y nos gusta ver que algunas entrevistas a responsables políticos que aparecen en este medio recojan planteamientos o ideas que previamente se han reflejado en alguno de nuestros artículos de opinión. Por ello, hoy nos atrevemos a escribir esta columna, con el ánimo de quien desea que Barbate sea puesta en valor, y esperando que tras su lectura algunos de los gobernantes puedan tener otros puntos de vistas y criterios a la hora de realizar lo propio.
No es difícil afrontar esta tarea, puesto que son muchos los elementos que están esperando a que la acción de la mano de quien gobierna tenga el tacto suficiente y la generosidad ética de buscar el máximo aprovechamiento en beneficio de todos.
Desde esta columna, hemos hablado cuan importante debe ser el desarrollo turístico para nuestro municipio. Un desarrollo turístico que pasa inexorablemente por ofertar aquello que tiene valor por sí mismo, como nuestro entorno natural, gastronomía, clima inmejorable, amabilidad de sus gentes, etc.
Sin embargo, hace unos días me comentaron que nuestro gobierno local tiene la intención de autorizar la instalación de varios chiringuitos en la playa de la Yerbabuena. Esta acción de gobierno podría entenderse como un intento de poner en valor dicho paraje natural, pero, para quien escribe, sólo vuelve a mostrar una vez más la inmensa miopía de quienes nos gobiernan. Llenar la playa de la Yerbabuena de chiringuitos puede tener todo el efecto contrario a lo que se espera.
Sólo quienes no saben apreciar el valor incalculable de una playa virgen a los pies de un parque natural, no dudarían en llenar ese entorno de bulliciosos domingueros deseosos de refrescar sus cuerpos, más interiormente a base de cervezas frías, que de baños en las cristalinas aguas de esta playa.
Y no es que tengamos nada contra los chiringuitos ni contra los domingueros. Pero pensamos, y defendemos, en este como en cualquier otro foro, que la playa de la Yerbabuena de Barbate debe ser un símbolo de la puesta de este Ayuntamiento por poner en valor nuestro entorno o medio ambiente. Intentar convertir esta playa en una como otras tantas de la Costa del Sol no deja de ser una muestra de la falta de planificación política donde el medio ambiente y el desarrollo económico pueden ir de la mano.
Pero como hemos dicho antes, no sólo es que no tengamos nada en contra de los chiringuitos. Muy al contrario, también nos gusta saborear alguna fresca cerveza (aunque sea sin alcohol) y poder tomar algún que otro aperitivo a pie de playa. Por ello, nos parece que podemos buscar espacios y sitios en nuestra costa para poderlo hacer. Vayan por delante estas dos sugerencias.
Una, situar varias de estas instalaciones de hostelería a lo largo de la playa del Botero. Esta playa, que siendo igualmente tranquila y sosegada, debe ser puesta en valor, pues, a pesar de su belleza, no cuenta con el empaque de ser un espacio protegido. Pero además, su longitud permitiría que al menos algunas instalaciones pudieran ser compatibles con su uso como playa. Existe un espacio suficiente incluso para facilitar el aparcamiento de quienes allí deciden relajarse, disfrutando de las claras aguas barbateñas.
Pero puede que a lo mejor este espacio resultase insuficiente. En este caso, quienes nos gobiernan podrían realizar las gestiones oportunas para que el Ministerio de Defensa permitiese el uso de las playas del campo de tiro del Retín, durante los meses estivales. No sólo abriendo una cancela para facilitar el tránsito de vehículos, sino también creando espacios para aparcamientos vigilados que puedan suponer la creación de algún puesto de trabajo. Es en la zona de Pajares, donde los fines de semana se concentran un importante número de personas, donde se requiere la creación de espacios ordenados para el aparcamiento, al tiempo que impida que muchos desaprensivos metan sus vehículos a pie de playa o recorran con sus todoterrenos y quads el litoral barbateño. Es decir, Pajares necesita, para no perder su valor, que quienes tienen la responsabilidad de tomar las decisiones políticas ordenen el acceso y uso de dicha playa.
Y puestos a ordenar, se nos antoja que este puede ser un lugar privilegiado para la instalación de chiringuitos playeros, sino que me digan ¿quién sería capaz de superar el tomar una refrescante bebida en dicha playa a medio día con algún que otro manjar de nuestra tierra? O, ¿quién superaría el poder disfrutar de una puesta de sol desde Pajares, tomando una copa entre amigos en un chiringuito playero?
Creo que nadie con sentido común podrá discutir que estas medidas pondrían en valor dichas playas. Nadie podrá discutir que recuperar, de manera real, el uso de las playas del Retín en los meses veraniegos podría suponer la creación de puestos de trabajo para quienes hoy engrosan las listas del paro en nuestro pueblo. Nadie podrá esgrimir que el Botero está muy lejos o que Pajares lo está aún más, ya que muchos, durante estos meses, no dudan en desplazarse a otras playas como Zahora, El Palmar, Zahara,... y visitar sus chiringuitos o bares, teniendo la precaución de que quien conduzca no beba.
Además, de esta forma y jalonando nuestro litoral con algunas instalaciones de chiringuitos, completaríamos el Paseo Marítimo que, desde nuestro pueblo al de Zahara, dijeron que sería construido nada más comenzar la legislatura. Un paseo sobre un entarimado de madera que no es nada nuevo, ya que existe en otras playas y lugares.
Dicho esto este observador pone sobre la mesa las siguientes observaciones:
¿Coordinará el gobierno local acciones que controlen la circulación indiscriminada por el litoral barbateño de vehículos, facilitando y obligando a aparcar los coches en zonas habilitadas para ello?
¿Sacará el pueblo de Barbate algún provecho al campo de tiro, aunque nada más sea en los meses de “la caló”?. Dicho esto y ya que aún no se ha hecho después de dos años nos planteamos igualmente si permitirá el Campo de tipo que se haga el Paseo Marítimo de madera desde Barbate a Zahara.
¿Tomará el gobierno local la decisión de meter el diente en la playa de la Yerbabuena y de esta forma depredadora la harán perder su valor natural que puede ser símbolo de nuestra oferta turística?
No queda mucho para el verano, al menos eso dicen quienes ya andan detrás de los chiringuitos. Por ello, tendremos poco que esperar, para saber por donde irán los tiros. Esperemos que por el Retín.
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